domingo, 20 de enero de 2013

CHINCHÓN: MUCHO MÁS QUE ANÍS Y AJOS





  Por Miguel Ángel Uceda
 Jefe de Redacción GLORIOSA GACETA DEL MESTER
 




A
manece el 19 de enero gris y encapotado, llueve sobre la capital; lluvia persistente que nos acompañaría visiblemente durante caso todo el recorrido. Las gotas de lluvia con su monotonía hieren en hilera los cristales del autobús mientras recorremos los cuarenta y cuatro kilómetros de distancia que nos separa de la muy noble ciudad de Chinchón.
Chinchón desde el castillo


Dicho municipio madrileño, al igual que muchos de toda la geografía, posee muchos “pseudo conocedores” pero pocos y verdaderos que puedan afirmarlo con solemnidad; estúpido sería creer que se conoce un lugar por solo el mero hecho de solo haber comido en uno de sus muchos mesones y sin conocer mínimamente algo de su nutrida historia. Pero esos son simples comentarios que dejan en evidencia al profano y carecen de interés para el verdadero viajero siempre ávido de conocimientos y que le encanta repetir lugares que aun por mucho de hacerlo siempre se quedará con ansia de conocer más de ellos.

Como urbe moderna y relativamente poblada, con casi casi 5.500 vecinos censados, cuenta prácticamente con todo tipo de servicios
Ningún dato se escapa a nuestra atención, desde esa historia que comienza poco después del año mil con las repoblaciones de Alfonso VI de León, y la que ha contemplado su Plaza Mayor, conocida localmente como Plaza de los Toros, desde sus 234 balconadas de madera, que allí llaman “claros” que a principio de los años cincuenta del pasado siglo fue testigo del rodaje de unas escenas con Mario Moreno (Cantinflas) de La vuelta al mundo en 80 días. Hasta una coronación real, la de Felipe V. Divisar algo que se antoja curioso, como una iglesia sin torre y una torre sin iglesia; recordar que allí se celebró la primera corrida taurina con motivo de la celebración de los esponsales de Felipe el Hermoso y Juana, la hija loca de los Reyes Católicos.
Castillo de Chinchón

Y si no teníamos bastante con las destilerías de anís, hemos de recordar que la duquesa Ana de Osorio trajo del Perú quina para curarse de los males que contrajo en las entonces colonias, dando lugar al célebre licor de quina conocido actualmente, y que en Chinchón llamaron los polvos de la condesa.
De su castillo, que visitamos de entrada, sabemos que  fue edificado en la segunda mitad del siglo XVI por orden de Diego Fernández Cabrera III, conde de Chinchón. Su aspecto responde a las características propias de la arquitectura renacentista. Robusto y muy horizontal, buscaba evitar el fuego de artillería enemigo. Los muros en talud obedecen a la intención de dificultar el acceso de zapadores. El castillo fue abandonado en el siglo XVIII tras ser residencia de los condes de Chinchón durante doscientos años. La guerra de Sucesión supuso el comienzo de su deterioro final ya que las tropas imperiales del marqués de la Mina lo asediaron y destruyeron. Su último uso en el siglo XX fue como fábrica de licores. En 1520, los comuneros atacaron el castillo del vasallo de Carlos V y lo destruyeron. La reconstrucción la dirigió don Fernando Cabrera y Bobadilla I Conde de Chinchón. En 1706, como consecuencia del apoyo del pueblo a la causa de Felipe V, las tropas del archiduque Carlos causaron graves destrozos en el castillo. Mientras tanto, el pueblo había ido creciendo en importancia, los edificios barrocos son de este período, y la Plaza Mayor se consolidaba como centro del poder público.

Años antes y concretamente en 1498 los entonces aldeanos de Chinchón se "mudaron" a lo alto de la colina más próxima debido a una infección de mosquitos dando lugar con ello una reconstrucción total del pueblo. De ahí se puede observar que la Plaza Mayor es irregular debido a que en esa época las plazas mayores eran irregulares y alrededor de las casas al principio se guardaba el ganado para que los ganaderos que vivían en la Plaza Mayor pudieran verlo sin salir de su casa (desde el balcón). Gracias a ello evolucionó y con ello es obvio decir que el ayuntamiento era una antigua casa de un ganadero que se compró en su tiempo para una sala de reunión del pueblo para debatir los problemas del mismo.

El recorrido urbano que comenzó rayando las 11 de la mañana y que también nos ha permitido contemplar un lienzo de Francisco de Goya que alberga la iglesia parroquial de la Asunción (Cuya construcción se inició allá en 1534 como capilla adosada al palacio condal con un proyecto de arquitectura gótica, de manos de Alonso de Covarrubias) finaliza minutos después de la una del medio día (afortunadamente mucho antes el tiempo meteorológico nos ha dado una tregua) nuestro anfitrión y guía Pepe Fernández Palacios, historiador y guía de la vieja guardia del Glorioso Mester, ha sido magnánimo con nuestras personas, ya demasiado mojadas por fuera, para concedernos la gracia de tomar unos vinos de la tierra y poder hacerlo por dentro antes del yantar, en cuanto a mojarse se refiere.
Como no podía ser menos a eso de las dos de la tarde el restaurante La Casilla, sito en la calle Grande 32, nos abre sus puertas para que el contingente de nuestra entidad pueda dar cuenta de un almuerzo típicamente chinchonense, de esos que calman las hambres más desaforadas.
Posteriormente y a la hora muy taurina de antaño, que son las 5 de la tarde, en el Centro Municipal de Cultura tiene lugar la conferencia Goya, Chinchón y la Condesa, a cargo también de Fernandez Palacios.
Dicha ponencia reflejó unos aspectos totalmente desconocidos tanto del municipio como de los personajes que salieron a colación en la misma. Este acto constituía en si el verdadero objetivo de la actividad.
Anochecía a nuestra salida y apenas llovía en la calle, un opcional refrigerio;  junto a la rotonda a la entrada del municipio nos espera el bus de nuestros colaboradores de la empresa Cartur que nos retornaría a la Villa y Corte.

En esta Gloriosa actividad viajera, por méritos propios, se entregaron diplomas Gloriosos de reconocimiento tanto a la Oficina de municipal de Turismo que se entregó en el acto final en manos de la alcaldesa del municipio Dª Luisa M. Fernández, como al Restaurante la Casilla tras los postres.
José Fernández Palacios, Jesús García y Jiménez y Luisa Mª Fernández (Alcaldesa de Chinchón)

La organización del evento vespertino contó con la colaboración de la Concejalía chinchonesa de Cultura, la Asociación de amigos de la Biblioteca y Archivo Histórico de Chinchón y, por supuesto, del Glorioso  Mester, que en esta actividad ha puesto de relevancia que Chinchón, es algo más que anís y ajos. 

Antes de las pasadas Navidades, la alcaldesa de la ciudad de Chinchón Dª Luisa María Fernández y  Fernández, concedió una entrevista al Glorioso Mester, por medio de sus socios José Fernández Palacios y Jesús García y Jiménez en la que desinteresadamente  ofreció su colaboración a través de la Sra. concejala de Cultura para la celebración de la conferencia que puso el broche de oro a esta actividad.


5 comentarios:

  1. gran actividad, jornada completa en todos los sentidos; destacar y agradecer a nuestro socio y amigo Pepe por su empeño en darnos a conocer mejor Chinchón y su entorno. Miguel

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  2. Lo corroboro Miguel.
    Buen post Miguel Ángel describes perfectamente la actividad realizada
    Saludos Jesús García

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  3. Sigo opinando que debemos ampliar esta actividad cuanquier otro día

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